Monday, August 16, 2010

Reflexiones sobre la realidad nacional frente la crisis de salud del presidente Fernando Lugo.


El análisis de declaraciones y comentarios aparentemente objetivos, conduce a concluir que son muy pocos los que manifiestan sus verdaderas convicciones.

Las razones son múltiples:

Algunos políticos escogen el silencio para no verse obligados a mentir, con lo que logran esquivar al obligación moral y política de manifestar su verdadera opinión.

Los seguidores del presidente en el campo gremial padecen las consecuencias de haber mantenido una posición ambigua. Asumieron la actitud de no enfrentarse al presidente de manera sistemática, pero tampoco manifestar un apoyo manifiesto por el temor de perder seguidores que no compartieran el apoyo al mismo.

Los políticos que participan del apoyo al presidente, integrados a frentes o grupos de acción, han mantenido formalmente su independencia. Hoy quieren mantener la distancia, de manera que escogen el silencio o se refugian en los partes médicos, por incapacidad, o inseguridad sobre la conducta a seguir ante el futuro del presidente.

Los enemigos declarados, asumen el silencio, evitan manifestar su satisfacción por la crisis, para no ser condenados por inmoralidad y falta de ética, aunque las generalizaciones ambiguas autorizan a interpretar esa conducta con libertad.

Esta variada conducta conduce a toda clase conclusiones. Revela una inconsistente o ausente vocación democrática.

Se puede o no compartir la posición del presidente y aún estar disconforme con la naturaleza y metodología de su actividad, pero es el presidente de la Nación.

Constituye uno de los pivotes fundamentales de la estructura y la solidez institucional. Ignorar las posibles consecuencias de la crisis que afecta la vida del presidente, hoy en una medida imposible de medir, por las diferentes alternativas en las que puede derivar el problema, implica una grave irresponsabilidad para quienes de una u otra manera participan de la actividad nacional. Ya sea en el plano político, empresario, cultural o periodístico..

El problema personal del Presidente se convierte por natural gravitación, en un problema nacional, que de una u otra manera nos afecta a todos. Mucho más a quienes tienen una responsabilidad política en la marcha del estado, a favor o en contra de la política del ejecutivo.

Pancho Oddone