Monday, November 5, 2012

AMERCA LATINA ES TODA IGUAL



“Cuando veas cortar la barba de tu vecino, pon las tuyas en remojo”. Sabio dicho popular. No se quien lo inventó pero tiene cada día más vigencia en este inexorable proceso de globalización. “Vamos hacia un nuevo orden mundial”  dijo Bush y también el Papa. Conviene indagar si ambos coinciden en la interpretación del nuevo orden mundial.
Nuestros vecinos están al borde de crisis definitivas con incierto resultado. Diferentes, pero en el fondo iguales. Hay que mirar la historia.
Desde hace ciento cincuenta años la Argentina está gobernada por los dueños de la tierra. Pusieron gobiernos y armaron revoluciones. Apoyaron dictaduras y eliminaron  a quienes intentaron cambiar esa condición perversa mediante el rápido expediente del golpe militar y el sistemático asesinato de los enemigos. A los presidentes del cambio los mandaron a su casa. Mas generosos que en Estados Unidos, donde no hay revoluciones, y por eso asesinaron a los presidentes que intentan limitar el poder de la elite que maneja la política, la economía y el destino de los pueblos, con el invento de la globalización.
En Argentina está en marcha un golpe de estado de los virtuosos hombres de campo, porque ven reducidas sus utilidades. ¿Cuánto? No se sabe en realidad, porque en economía y finanzas las piruetas que disimulan lo que ocurre, son sencillas.
Tengo la impresión de que el objetivo consiste tumbar el gobierno de Kirchner, elegido, para tristeza de los “salvadores de la patria” (los bizarros hombres de campo) con muchos votos, cumpliendo el  vademécum de la democracia liberal. Tal vez lo logran, así vine un nuevo Videla, mata unos miles de supuestos “terroristas” y pone las cosas en su lugar. Cuando el asco se torna insoportable termina el dictador de turno y renace la democracia liberal, por un nuevo y breve período, no demasiado largo, por favor, para que la gente no crea erróneamente que la paz es eterna. Los asesinos y torturadores son denunciados y  se inician largos y tediosos procesos que terminarán cuando los culpables estén muertos de muerte natural. La inexorable cronología.
Volverá el orden. Tal vez el “nuevo orden mundial” de que habló Bush y Juan Pablo segundo.
En Bolivia ocurre lo mismo pero con variaciones fisonómica. Los dueños de la tierra desarrollan su golpe de estado a partir de Santa Cruz de la Sierra. Ya no es por el estaño, porque ese interesante metal, fue explotado y robado durante años por los antecesores de los nuevos salvadores de la patria (Esta vez la patria chica) que repudian la patria grande con indios coyas, aimaras y guaraníes que además no hablan francés.
La historia se repite. Ayer mataron a Torrijos por defender la soberanía de Panamá sobre el canal. También al ecuatoriano Roldos por negarse a conceder la selva ecuatoriana a las petroleras de la elite que gobierna el mundo. Evo Morales está en capilla. También Cristina Kirchner y Chaves. Lula se salvó por haberse asociado con su vicepresidente, dueño de la organización protestante más grande del país, y los protestantes son los socios de la elite. Basta conocer los antecedentes confesionales de quienes están diseñando el nuevo orden mundial.
Me pregunto que se hace para combatir un golpe de estado. La presidente argentina ha repudiado el uso de la fuerza para frenar la sedición. Extraña filosofía con lamentables antecedentes. Frondizi se negó a usar la fuerza para reprimir a los salvadores de la patria al servicio de las  petroleras internacionales, ofendidas porque el gobierno había obtenido en dos años el autoabastecimiento petrolero y los muchachos había perdido un negocio de quinientos millones de dólares. Frondizi fue derrocado  y enviado preso a la isla Martín  García. Tuvo suerte. Si hubiera sido presidente en Estados Unidos lo habría asesinado algún “loco incontrolable”. Los norteamericanos parecen tener poca imaginación. Siempre inventan el asesino loco y solitario capaz de ignorar las guardias y custodias para cumplir el objetivo.
No es privativo de Estados Unidos. También Juan Pablo I murió curiosamente por tomar una taza de te, al día siguiente de haber informado a su entorno, que iniciaría una investigación destinada a terminar con la corrupción de un puñado de cardenales.
En todas partes se cuecen habas decía, un anarquista que se hizo terrateniente, ganadero y agricultor. No produjo soja, entonces no existía.

UNA VARIANTE DE LA CORRUPCION



La corrupción no tiene fronteras. Ni internacionales ni locales.
Debemos ser honestos. Ningún partido puede pretender tener el monopolio de la corrupción. Sería una pretensión fundada en la soberbia, y la soberbia destruye los espíritus.
Cualquiera tiene derecho a ser corrupto, en un partido político, en  una institución pública o en la pizzería de la esquina. La corrupción se refugia con mayor intensidad en algunos lugares, como si fuera incorporada al ámbito en  que se desarrolla con energía y libertad.. El espíritu imperecedero de los transgresores no abandona la escena del crimen y permanece adherida a las paredes, a los escritorios y los expedientes.
Pensemos en la Contraloría General de la Nación. Se fue Fretes Ventre, contralor, procesado por mas de diecinueve delitos. Ocupó su lugar Francisco Galiano que se propuso superar las marcas de su antecesor.
En poco tiempo acumuló méritos notables..Ocultó los ilícitos que llevó a cabo el ex ministro de agricultura, introdujo el mas afectuoso nepotismo en la designación de funcionarios y se convirtió en operador de la recaudación compulsiva de dinero de los funcionarios, para financiar la campaña política de su hermano.
Todos liberales, lo que despeja el sectarismo de imaginar que solo entre los colorados hay corruptos.
Un filósofo alemán escribió sobre la solidaridad social por semejanza. Este es un ejemplo cercano. La corrupción no es privilegio de nadie. De manera que tienen razón los que se aterran frente a la posibilidad, todavía remota, de que un Franco llegue a la presidencia. Pero los correligionarios tienen esperanzas. Todo puede suceder.
Hay que reconocer que la alianza de liberales con oviedistas, incorpora un nuevo impulso a diversos proyectos de corrupción en marcha. Hay que estudiar y aprender. Circula un manual para el mejoramiento y desarrollo de ilícitos, que lleva la firma y la inspiración del líder del alazan.. Los que sepan leer que aprovechen. Los demás, aprenderán mirando.
Siempre conviene asimilar la experiencia de los maestros que incursionan en el trafico pesado de la drogas, y del contrabando en general. También en coronel.
Esta área se ve naturalmente favorecida por la globalización, pero en los oscuros reductos de la contraloría, cualquiera mas o menos dotado, puede encontrar soluciones rápidas para satisfacer las legítimas aspiraciones de enriquecerse. Lo importante es pertenecer a un grupo. Los amigos son los amigos.
Conviene establecer un  ranking de corrupción. No basta la calidad. Es indispensable ampliar las bases de la complicidad. El que quiera aprender debe asomarse a la contraloría.
Alguien propuso llamarla, la Escuela del Crimen.
Parece exagerado.

CREDIBILIDAD Y ESCEPTICISMO



Las encuestas que se han sucedido durante los últimos años,  adjudicaron la mayor credibilidad a la Iglesia y  la prensa, por encima de las instituciones políticas, el ejército y la justicia.
Creo que conviene reflexionar sobre los datos, porque las conclusiones simplistas generalmente llevan a una equivocada interpretación de la realidad.
La encuesta revela un escepticismo particularmente peligroso, en momentos en que algunos grupos imaginaron luego del juicio político al presidente, que se abría una mágica salida de la crisis y y habría un proyecto destinado a superar problemas económicos y sociales. La historia enseña que un nuevo gobierno genera una espontanea esperanza. Como ocurre siempre a principios de un año nuevo, cuando la gente imagina que durante su transcurso, se solucionaran la mayor parte de sus problemas.
Aunque nunca es así, la esperanza esta viva en la fuerza vital de la comunidad, que en la mayor parte de los casos padece críticas condiciones de sobrevivencia.
Este gobierno logro en poco tiempo revertir la tendencia espontánea hacia el optimismo. El escepticismo, el desaliento, se convirtió en el común denominador de la opinión pública. Sin embargo, sería injusto adjudicar a este gobierno la responsabilidad de los graves problemas estructurales del país que gravitan sobre la vida cotidiana, pero si puede adjudicársele la incapacidad de haber propuesto una visión constructiva del futuro, invitando a la ciudadanía a participar de la aventura de transformar el país.
Al contrario, el discurso gubernamental retrocede hacia la crítica ambigua y la rutinaria expresión de su impotencia, lo cual permite preguntarnos porque extraña razón se propuso a sí mismo como alternativa de poder.
No sorprende que la Iglesia goce de credibilidad, porque finalmente reclama fe y alerta sobre los problemas, pero nadie puede exigirle resultados. No gobierna. Sacerdotes y obispos preocupados por su grey señalan sin eufemismos el fracaso de un importante sector de la clase dirigente.
La prensa tiene una increíble e injustificada credibilidad porque generalmente distorsiona la realidad, independientemente de las interpretaciones sectarias que el público advierte, y en la mayor parte de los casos desecha, porque el origen es fácilmente  identificable.
El escepticismo se centra en el gobierno por  falta de imaginación y de propuestas inteligentes. También en  la administración de justicia,  lo cual históricamente no es una novedad, y en el congreso, por su diversidad contradictoria.
Los legisladores que registran mayor notoriedad no son precisamente los más idóneos. Siempre proponen cambiar a alguien. Echar algún funcionario, procesar a otros pero jamás acercan una propuesta sensata para cambiar el rumbo. 
El descrédito de la comunidad sobre el ejército exige una reflexión particular, que será objeto de otro comentario. Parecería que el gobierno se ha propuesto destruirlo como institución apolítica.
Este es un proceso que  la comunidad observa con alarma, de allí el bajo índice de credibilidad que le adjudica la encuesta. A pocos meses de las elecciones internas de los partidos se acentúa el escepticismo. Los discursos son todos iguales, lo bueno es que son inofensivos. Nadie cree en ellos.