Thursday, March 8, 2012

DEMASIADOS LEGISLADORES

Existe una propuesta para modificar la composición del parlamento, reduciendo el número de legisladores y creando una cámara única.

La propuesta surge de un severo auto análisis, del diputado proyectista que llegó a importantes conclusiones. La primera y principal es que los legisladores son demasiados, y para llevar a cabo una tarea liviana y de pocas consecuencias no es necesaria tanta gente. En segundo lugar, la multitud de legisladores, legislen o no, implica gastos innecesarios, e inevitables.

Si agregamos asesores, choferes, vehículos y secretarias, el gasto se multiplica. Comparto la idea de disminuir el número de legisladores y asesores, pero no comparto la idea de disminuir el número de secretarias por razones obvias.

El análisis del diputado proyectista advierte que la confusión y la desorientación se incrementan con el número, lo cual implica no solamente una simple operación aritmética, sino un hecho conceptual de mayor trascendencia.

La Constitución del cuarenta, creó un congreso unicameral de sesenta legisladores.

Con la reforma de la Constitución del 67, durante el gobierno de Stroesner se impuso la integración con 80 diputados y 45 senadores. El diputado fue proyectista de la propuesta y tiene razón. Son demasiados.

Durante los gobiernos de Carlos Antonio Lopez y el Mariscal Francisco Solano, había también bastantes legisladores.

No se muy bien como eran elegidos, pero lo saludable era que el congreso de representantes se reunía cada cinco años, para escuchar el discurso del presidente.

No sé si cobraban sueldo, pero en todo caso serían compensados de alguna manera, por molestarse en llegar a la reunión. desde diversos lugares del país cada cinco años, sin automóviles ni rutas adecuadas. Un poco como ahora. Escuchaban y no hablaban. Algunos se aventuraban a decir que todo estaba muy bien, con la esperanza de no ser mal interpretados.

En el caso de que fueran mal interpretados podían ser fusilados inmediatamente, porque en cualquier país bien organizado discutir con la autoridad o introducir disenso configura una flagrante traición a la patria.

A la luz de la experiencia histórica, el Congreso de Representantes del período de los Lopez parece el mas sensato y eficiente, aplicando, es claro, la misma metodología.

Una breve reunión de dos días cada cinco años de absoluto silencio, para evitar el macanero; y en algún caso el vivificante estampido de los fusiles para estimular la representación legítima del pueblo.

1 comment:

Kiuui3 said...

Quisiera recomendarle un libro que lleva el título de uno de sus posts. Divagaciones de un Haragán de Jerome espeor lo disfrute saludos