Tuesday, November 18, 2008

LA DECADENCIA DE LAS IDEAS.

Los países del primer mundo desarrollan y controlan en la medida de sus posibilidades, que son muchas, el proceso de globalización.
Por cierto, lo explican y justifican apelando a lugares comunes. No se preocupan por generar ideas inteligentes y creíbles.
Afirman que la globalización terminará beneficiando a todos los habitantes del planeta, porque extiende el progreso y la tecnología a los territorios y comunidades atrasadas.
La expresión “terminará” constituye la clave del problema. Habrá que ver quien termina primero. Si la miseria, para que la gente pueda incorporarse finalmente al goce de los saludables efectos de la globalizacion, o la vida de los pobres menesterosos del tercer mundo que padecen sin esperanza y sin plan, una vida lamentable.
Lo cierto es que hasta ahora el proyecto de los países del primer mundo, no ha logrado un cambio en la condición de los países subdesarrollados, ni apunta a una tendencia en ese sentido. En cambio, la implementación política, ha generado problemas sociales y políticos que se acentúan de manera inexorable.
El triunfo de Le Pen en Francia (12 % de los votos en la última elección) y el de Haider en Austria, con movimientos de fisonomía nazi, antidemocráticos y sectarios, constituyeron una respuesta a la falta de imaginación y de ideas de los conductores del primer mundo.
Estos no han sabido elaborar una filosofía política, ni un proyecto comunitario, para enfrentar, no hablemos de resolver, los graves problemas estructurales de las sociedades atrasadas.
La discusión entonces se plantea en la coyuntura y no en el fondo de los problemas.
Mientras tanto el subdesarrollo se ha introducido en las sociedades desarrolladas y estas reaccionan con mayor elitismo, sectarismo, autoritarismo, xenofobia y odio al menesteroso invasor extrajero.

Los franceses no quieren a los argelinos. Los alemanes y austríacos detestan a los turcos y orientales. El ciudadano ingles repudia a hindúes, paquistaníes u orientales. España no quiere paraguayos.
La mayor parte, habitantes de ex colonias expoliadas durante muchos años, que intentan sobrevivir como ciudadanos de primera clase en las antiguas metrópolis.
Para Europa cambió la fisonomía de la explotación imperialista. Llegó el tiempo de la invasión de los despojados, que pretenden participar en el deleite del sabroso pastel del primer mundo.
En América se da la misma tendencia. Con la diferencia de que el proceso de diluye en demagogia, populismo y autoritarismo vergonzante.
En Europa y Estados Unidos el proceso de globalización implica un cambio a favor de los países que lo imponen. En América, Africa y un amplio sector de Asia, la globalización sirve para perfeccionar y acentuar las penosas condiciones del statu quo.
Cuando no se crean las condiciones para dar de comer a los hambrientos, hay que matarlos, de manera de resolver el problema. Basta sumar los muertos civiles en Irak, Afganistán, Somalia, Indonesia, etc., etc. Algo se está avanzando en ese sentido. Según la FAO en África mueren 25.000 niños por. Hambre y enfermedades, una combinación letal desarrollada por quienes especulan con los precios y los stocks, de materias primas alimentarias. Colaboran los laboratorios, que se especializan por crear nuevas enfermedades, actividad con la que progresa la investigación científica. Una combinación entre el pensamiento de Adam Smith y Malthus.

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