Monday, May 20, 2013

LA MEDIOCRIDAD



Cuando no se sabe manejar el presente, se acude a buscar culpables en el pasado. Esta es la constante de los mediocres, que no aprended de los lideres desaparecidos. Lo cierto es que el talento político y la inteligencia no son necesariamente hereditarias, ni se adquieren por mera presencia.
Una condición fundamental del talento político es saber definir al adversario. No dividir, ni restar, cuando hay que sumar. La torpeza en estas circunstancias límites no tiene retorno, y revelan las limitaciones de quienes manejan azarosamente el poder, aunque sea en pequeños retazos de la realidad nacional.
Así las batallas menores, fundadas en el resentimiento, generalmente conducen a las grandes derrotas. Solo que esas derrotas, cuando se trata de trata de un vacilante proceso político las pagamos todos. Los que nos dimos cuenta y los mediocres que las provocaron.
Esto dice el maestro Tsun Tsu, teórico de la guerra y la paz en uno de los clásicos de la historia política y militar de China. El pensamiento del maestro, desarrollado hace mas de cuatro mil años, tiene absoluta vigencia, y propongo que se incorpore, como libro de lectura obligatoria en los colegios. El objetivo es trasparente. Que los niños, cuando sean hombres, y se incorporen a la actividad política, no incurran en las mismas tonterías sectarias, menores y mayores, que hoy llevan a cabo los que por accidente conducen parte de la historia.
A veces pienso que nuestro país no anda mal por los malos, sino por los mediocres. Los que no son capaces de definir el camino correcto. Estos personajes, productos del azar de la crónica política, reaccionan frente a su propio desconcierto, con la natural falta de inteligencia y carencia de formación intelectual que es previsible. Buscan chivos expiatorios en el pasado, y si nos los encuentran, los inventan para ocultar la incapacidad de manejar y controlar la realidad. Los pàrlamentos analizan casi siempre la posibilidad de desaforar al presidente.
El presidente se defiende comprando legisladores, que son bastante baratos. Un juego de los corruptos destinado a superar la corrupción. Parece un chiste.  Las paradojas de la historia.
Como decía la tía Edelmira, si no lo veo, no lo creo.
Tal vez conviene detener el tiempo y analizar la historia personal de todos los que participan en el poder. La historia pública y secreta. Una manera de terminar con la conspiración de silencio, para desmontar del caballo de la historia a los falsos héroes.    Sería demasiado duro. Mejor echar un manto de olvido sobre la mediocridad, para evitar al país una vergüenza nacional. Ya tenemos demasiadas

   

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