Friday, February 1, 2008

LAS DIFICULTADES DEL IDIOMA

Representantes de los Estados Unidos de Norteamérica, cualquiera sea su alineación política partidaria, viajan por América Latina usando siempre el mismo idioma. No me refiero al vago idioma inglés que practican tradicionalmente, lo cual sería bastante lógico, sino al lenguaje político que ellos suponen adecuado para los latinos.
Desde la terminación de la segunda guerra mundial, aparentemente los mismos escribas redactan los discursos presidenciales y desarrollan las propuestas. Deben haber logrado desde aquella época un gran predicamento en la Casa Blanca porque “entendían” a los latinos, o porque estudiaron español e historia mexicana en la Universidad de Berkeley.
Si pudiéramos tabular los discursos de los presidentes norteamericanos, que llevaron a cabo la aventura de precipitarse sobre las comunidades salvajes del sur, desde México hasta Tierra del Fuego, descubriríamos una constante. Carecen del lenguaje adecuado para comunicarse. Esto puede ser subsanado por el presidente Bush que explicó a un grupo de periodistas, está estudiando latín, para viajar por America Latina y dialogar con sus habitantes.
Los visitantes rutinarios, vienen con el prejuicio alerta, dicen lo que suponen que tienen que decir y se marchan entre sonrisas, aplausos y uno que otro abrazo fraternal.
¿Y después? Nada. Todo sigue igual.
Ocurre que nosotros conocemos nuestros problemas. En una reunión privada, cualquiera podría explicarles que el problema de América Latina es la pobreza y que somos conscientes de que el progreso tecnológico de los países opulentos, ensancha el abismo que los separa de los países subdesarrollados.
Ese es el tema. Si bien es bastante improbable que se pueda encontrar una solución integral, los americanos del norte como los del sur, sabemos que para luchar contra al pobreza y la ignorancia se necesita dinero, tecnología y planes mas o menos razonables.
En los años sesenta cuando Fidel Castro escuchó un consejo sobre como los del sur debíamos poner la casa en orden, propuso que Estados Unidos invirtiera 30 mil millones de dólares en América Latina y las casas se pondrían en orden rápidamente, porque se habría generado desarrollo económico y los pobres dejarían de serlo, porque tendrían trabajo.
Hoy sigue siendo igual, aunque supongo que 30 mil millones no serian suficientes, tal vez 300 mil millones, y dentro de unos años, en ocasión de otra reunión multitudinaria de jefes de estado, la cifra será seguramente de 600 mil millones.
Los norteamericanos no tienen ninguna obligación de poner el dinero. Tampoco tienen obligación de dar consejos. Porque cuando uno da consejos se involucra, y si se involucra tiene que proponer soluciones prácticas y finalmente dar el dinero.
La globalizacion, curioso termino fabricado en el primer mundo,
es irreversible. También es irreversible el hecho de que los países ricos son cada día mas ricos y los países pobres son cada día mas pobres.
No pretendo decir nada original. Solo que me aburre el libreto y lamento que la Casa Blanca, en ocasión de estos viajes, no contrate unos buenos escribas latinos que pongan en la boca de los viajeros y en los oídos de los presidentes las palabras correctas.
Serán también inútiles y mentirosas, pero es posible que resulten más originales.

No comments: