El sistema más sencillo para explicar los
problemas que nos preocupan, consiste en encontrar culpables. Verdaderos o
falsos.
Es irrelevante saber si verdaderamente el nombre
elegido tiene relación con el problema y si verdaderamente es responsable. La
gente necesita condenar a alguien para estar más tranquila. O tal vez para
canalizar sus broncas, originadas o no en el problema en cuestión.
Esto ocurre porque la gente no tiene a quien
apelar, cuando algún problema comunitario le afecta su vida.
La teoría del sistema republicano señala que
los legisladores son los representantes el pueblo. Esta es una de las ficciones
del sistema democrático de gobierno.
El pueblo no tiene quien lo represente porque
el legislador representa solamente a su partido político. Mas aún. Ni siquiera
a su partido, sino a la cúpula de dirigentes que ejercen el poder en el
partido, y a si mismo.
La gente no vota a sus representantes, sino al partido. Ese conjunto de
personas constituye para el ciudadano común una especie de abstracción, de
manera que es correcto deducir que el pueblo no esta representado por los
legisladores.
Tampoco por el partido, porque en el partido
se eligen las autoridades en la interna- Esta consiste en manipular con habilidad los padrones en la
seccional o el comité.
En muchos casos ni siquiera esto es
necesario. Basta que se junten un grupo de amigos con poder en la seccional,
quienes dibujarán la lista que competirá en la interna.
Competir es una expresión que refleja una
realidad a medias.
A partir del resultado, los que ganan la
interna hacen la lista de diputados y senadores. ¿Usted los conoce?
Probablemente escuchó el nombre en la radio, o lo leyó en un diario, o no lo
escuchó nunca, ni tiene la menor idea de donde salieron.
Bueno, si sabe de donde salieron. Del
partido. Pero difícilmente lo conocerá personalmente. Tampoco conocerá sus
antecedentes, lo cual puede ser una buena cosa En muchos casos no conocer los antecedentes es bueno, para
no sumergirse en el horror.
Este razonamiento lleva a concluir que el
pueblo no tiene representantes. Y es así porque el pueblo no participa de la
selección ni de la elección de los candidatos.
Eso es tarea de la cúpula.
Si usted tiene un problema y quiere apelar a su diputado, se enfrente a una
misión imposible. Usted no sabe quien es su diputado. No tiene recursos para
identificarlo, y su delicadeza personal le impedirá molestar a ese salvador de
la patria, misterioso y desconocido, dedicado las 24 horas del día a trabajar.
¿Para quién? Para la patria, seguramente.
Esto podrá ser cierto o no. De lo que podemos
estar seguros es que a través de este sistema de elección de legisladores, no
estamos representados de ninguna manera, de donde, la participación de la
comunidad en la actividad del gobierno a través de sus representantes, como
dicen los textos, constituye uno de los mitos mejor preservados por los que
mandan.
Mentiras, mentiras, no tienen perdón, dice la canción.
Salió en verso.
No comments:
Post a Comment